Enefecto, de Alberto Rojas Apel

La idea de probar alguna droga y esperar un efecto está siempre presente en cualquier persona que se anima a incursionar en este terreno. Sobre esta premisa se basa “Enefecto”, de Alberto Rojas Apel, para desarrollar la historia de cuatro amigos que se juntan una noche a pasar un buen rato y tomar unas pastillas para probar algo distinto.

Música, tragos, baile y un momento descontracturado. La noche pasa y el ansiado momento se diluye, hasta que algo sucede. Sin embargo, ese acontecimiento, ¿es real, es imaginación o alucinación? Nadie lo sabe, pero algo cambiará en las vidas de ellos cuatro luego de esa noche.

Esta comedia cuenta con la participación de Clemente Cancela en su primera incursión teatral. Pero más allá del atractivo de un nombre conocido en el elenco, la obra se equilibra con las actuaciones de Lalo Rotaveria, Mariana Wichi Salinas y Maricel Santín. Justamente en este balance está uno de los principales logros de esta puesta, en donde se destaca Rotaveria, que logra un personaje divertido, ocurrente y original que desplaza el foco natural de atención que se puede poner en Cancela.

Un texto sencillo, con una estructura más televisiva y que podría haber salido de un sketch, cumple con su objetivo: divertir y disfrutar de buenas actuaciones. Más allá de eso, el planteo es inteligente y deja algunos temas flotando como el límite entre realidad y alucinación y la relación de los efectos buscados a la hora de probar una droga.

Un cuidado trabajo de dirección permite que los personajes se desplacen en el escenario de manera sincronizada y hay que destacar los movimientos, a cargo de Andrea Vegazzi, que asesoró en la coreografía, y permiten una puesta dinámica y precisa.