La intervención artística de diferentes espacios, tanto públicos como privados, es una actividad que se relaciona de manera directa con las artes plásticas. Sin embargo, el teatro, como expresión artística, también tiene esta capacidad, si bien la existencia de salas teatrales, contenedor tradicional de la obra, hacen que se respete este statu quo. Sin embargo, algunas veces surgen propuestas que rompen con esta imposición y transforman sitios cotidianos y les dan un nuevo sentido.
Andrés Binetti, autor de “Proyecto Posadas”, escribió una obra para ser representada en una peluquería. Elegir un lugar con estas característica llevó a la directora Michelle Wejcman hasta el barrio de Caballito, a una tradicional y antigua peluquería-museo, “La época”. Su dueño, Miguel Barnes, también conocido como el “Conde del Caballito”, armó un espacio en donde las únicas presencias de modernismo se vislumbran en los aires acondicionados tipo split. Los sillones de barbero, los muebles que guardan jabones, colonias y hojas de afeitar, hacen que el visitante vuelva a un pasado, cercano para algunos e inexistente para otros. Incluso una cabina, que enciende su luz cuando se entra, resguarda un antiguo teléfono que aún cumple sus humildes funciones de comunicación.
Con un cupo limitado de 20 espectadores por función, por obvias cuestiones de espacio, quienes reserven con tiempo podrán espiar los acontecimientos que suceden en 1977 y en 2014. Cinco personajes coinciden en ese lugar en momentos diferentes de la historia y con razones distintas son un reflejo de la sociedad. Los espectadores, separados por el vidrio que divide la peluquería de la sala de espera, serán los testigos de los planes e ideales de dos generaciones de jóvenes.
Mientras transcurre la acción, por la calle los curiosos espiarán por la ventana intrigados por el movimientos en el interior y por la salida de alguno de los actores caracterizados con el vestuario de los años 70.
¿Por qué la recomendamos?
- La elección del espacio escénico, una antigua peluquería y barbería, hacen que el espectador viva una experiencia única.
- Muy buenas actuaciones y dirección.
Una dramaturgia sencilla, pero efectiva, logra que el espectador reflexione sobre el pasado y los ideales que movilizaron a otras generaciones. La fortaleza de “Proyecto Posadas” está en la intervención de un espacio, en reconvertirlo y en lograr que se viva una experiencia diferente y única.
En el año 2005, la obra “Reducción”, del norteamericano Christopher Welzenbach, tenía como escenario el baño de hombres del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). En ese espacio, limitado a un público de 14 personas por función, se podía escuchar y ser parte de la conspiración que tramaban un grupo de gerentes. Los ejemplos del teatro interviniendo espacios son limitados, sin embargo, este tipo de obras siempre dejan un buen recuerdo en el espectador por el diferencial que implican. “Proyecto Posadas” es parte de este grupo e integrará la lista de teatro intervencionista, que deja una huella y recuerdo en quienes asistan.
El viaje al pasado y la vuelta al presente en menos de una hora bien vale la pena de hacer el esfuerzo de esperar para conseguir ser testigos de este trabajo que muestra que no todo está perdido en las jóvenes generaciones. Los actores, directora y productores que participan en “Proyecto Posadas” son una prueba de ello.
La ficha
Autor: Andrés Binetti
Intérpretes: Malala González, María Eugenia Álvarez, David Ledezma, Fabián Caero, Geraldine Lapiduz, Laura Igelko
Vestuario: Ana Algranati, Celina Barbieri
Asistente de dirección: Yésica Wejcman
Dirección: Michelle Wejcman
Sala: barbería “La época” (Guayaquil 877)
Funciones: viernes a las 21 hs.