¿Qué hay detrás de la fe? ¿Existe un mundo más allá del que vemos? ¿Es la infancia el momento de la vida que más a fuego nos marca? ¿Podemos escapar del camino que nos hemos trazado? Estos y otros interrogantes igual de profundos se plantea el dramaturgo y director Javier Daulte, de probada trayectoria en escenarios comerciales, con su última incursión en el circuito alternativo. Y, no es poco, ya que cuenta con un verdadero elenco de lujo.
Estas “personitas”, a las que alude el título de la obra que se presenta los lunes a las 21 hs. en el Espacio Callejón, no se ven, pero están ahí, en el imaginario de los tres hermanos que llevan adelante la acción en ese garaje de una casa de los años cuarenta. Y, sólo minutos después de transcurridas las primeras escenas, también en el del espectador.
Es que hay en ese uso del espacio de una sala que ofrece múltiples adaptaciones –aquí, la logradísima escenografía de Alicia Leloutre y la iluminación de Matías Sendón terminan transformándose casi en un personaje más- un brillante recurso de Daulte para contar la historia de un niño-hombre al que le gusta pensarse inventor –y para la vecina de doce años tal vez lo sea, pero para el imprentero pretendiente es, simplemente “un vago”- y sus dos hermanas solteras, una soñadora e impertinente y la otra contenida, en apariencia obediente y a la que le sucederá un extraño episodio sobrenatural que no conviene revelar.
¿Qué hay detrás de la fe? ¿Existe un mundo más allá del que vemos? ¿Es la infancia el momento de la vida que más a fuego nos marca? ¿Podemos escapar del camino que nos hemos trazado?
La madre, omnipresente pero fuera de campo, los ha criado allí adentro. El afuera sólo se revela a través de estos dos personajes –la vecina y el pretendiente– que luchan por penetrar en ese universo casi infantil que los tres han creado y la dedicación que le profesan a esas personitas que sólo ellos parecen ver (la inocencia de la niña será también clave para seguir adelante el ¿juego?) es conmovedora, pero también perturba.
Cuando comiencen a modificar estas acciones que, hasta el momento en el que la niña los descubre, siguen una especie de rutina basada en recibir unos diarios minúsculos que Taco, el novio de la hermana mayor, amplía e imprime todos los días para ellos, será cuando ese orden aparente empiece a alterarse. Y nada volverá a ser como era en ese universo lúdico y onírico en el que parecen sumidos.
Con inteligencia y una calidad en la dirección de actores que sobresale por lo precisa y cálida a la vez, Daulte les entregala batuta de la acción y sus textos, por momentos realistas, por momentos oníricos, pero ajustados a una precisa reconstrucción de época en la cual no faltarán las menciones al General y a Eva, los tangos y los giros idiomáticos desde infantiles hasta vetustos y engolados.
Y es en el elenco donde radica tal vez el mayor acierto de una obra llena de ellos: el director confía en sus elegidos –varios de ellos son presencias recurrentes en sus obras– y pinta en cada uno la personalidad que mejor les acomoda. Allí está Darío Grandinetti, con su presencia escénica, su voz potente y su altura, perfectamente instalado en el difícil rol del hombre-niño a quien luego una crisis sacará del plano de la realidad. María Onetto sabe dotar a sus personajes de una cuota necesaria de desesperación. Héctor Díaz, que conoce a Daulte a la perfección, cumple muy eficientemente su papel de catalizador. Menciones aparte merecen Andrea Garrote –la hermana “libertina”– que demuestra que cada vez es mejor actriz y la joven Laura Grandinetti, hija de Darío, que prueba que, tal vez, el talento se traiga efectivamente en los genes. Son sus intervenciones las que elevan a una obra llena de matices, que no da tregua y crece en la memoria del espectador días después de haber dejado la sala.
La ficha
Dramaturgia: Javier Daulte
Actúan: Héctor Díaz, Andrea Garrote, Darío Grandinetti, Laura Grandinetti, Marío Onetto
Vestuario: Ana MarkarIan
Escenografía: Alicia Leloutre
Iluminación: Matías Sendón
Peinados: Néstor Pumar
Realización de vestuario: Patricia Terán
Asistencia de escenografía: José Escobar
Asistencia de iluminación: Sebastián Francia
Asistencia de vestuario: María Pía Troglio
Asistencia de dirección: Agustín Daulte, Gonzalo de Otaola
Dirección: Javier Daulte
En Espacio Callejón (Humahuaca 3759), los lunes a las 21 hs.
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